La plata coloidal y sus infinitas propiedades

La plata coloidal y sus infinitas propiedades

La plata coloidal y sus infinitas propiedades 

La Plata coloidal es uno de los antibióticos más antiguos y naturales que se conocen. Se utiliza desde la Antigüedad como medicamento, como complemento alimenticio y como esterilizador del agua. En la actualidad, es reconocido, según algunas revistas científicas, como un antibiótico natural de amplio espectro y muy eficaz, más potente que otros productos que se comercializan como tales. Mientras un antibiótico habitual hoy día en farmacia elimina seis organismos patógenos y tiene muchos efectos adversos; la plata coloidal elimina 650 patógenos en una sola toma. Y, lo que es aún más importante, no es nocivo para microorganismos beneficiosos. 

Aunque la expresión «Plata coloidal» data de fines del siglo XIX, las propiedades bactericidas del metal plata son conocidas desde Mesopotamia y el Antiguo Egipto, como se puede observar en la historia de la medicina. En la vida doméstica, estas propiedades antisépticas se traducían de manera práctica.

Griegos y Romanos utilizaban recipientes de plata para servir las bebidas destinadas a los soberanos y a los aristócratas. La plata del recipiente aseptizaba los líquidos contenidos, matando así las bacterias y microorganismos patógenos. Los utensilios de mesa, tenedores y cucharas también eran de plata por razones de higiene y asepsia, una tradición que se perpetúa hasta hoy en día. Los coloides y nanopartículas de plata, bactericidas naturales, esterilizaban los líquidos y la comida servidos en utensilios de plata.

Con esta misma intención se considera la antiquísima tradición popular de poner una moneda de plata al fondo de las vasijas de leche, protegiéndola así de infecciones con microbios y bacterias. Los pioneros de la conquista del oeste en el siglo XIX también protegían el agua de sus cantimploras con un dólar de plata.

Igualmente es conocido que, hasta la segunda mitad del siglo XX, cuando los farmacéuticos preparaban pociones o ungüentos en su trastienda, ponían una hoja de plata al fondo del recipiente para asegurarse una asepsia perfecta.

El principio básico de estas prácticas seculares ha sido demostrado por la investigación científica. Numerosos análisis han probado que la plata electro coloidal disuelta en agua por electrólisis en una proporción de aproximadamente 10 partes por mil millones, es decir 10 ug por litro (0,01 ppm) erradica en pocos minutos colibacilos y salmonelas. Es el principio mismo de la Plata Coloidal, un término que designa suspensiones de partículas metálicas de plata en agua, con tamaños del orden de nanos hasta micrómetros.

Por otra parte, estudios científicos en el sector del vino descubrieron que la plata coloidal es el desinfectante más poderoso que existe. Una concentración de 5 miligramos por litro/vino o agua es capaz de eliminar en segundos hongos, virus, bacterias, patógenos y cualquier germen, esteptococo, estafilococo….

En 1920,  Alfred Searle, en su libro «The Use of Colloids in Health and Disease» (El uso de los coloides en la salud y la enfermedad), enumera muchos problemas que pueden tratarse con plata coloidal y otros coloides.

En 1929,  el investigador Albert Schweitzer confirmó que todos los agentes patógenos habían sido eliminados cuando el agua había sido tratada con nanopartículas de plata cargadas eléctricamente.  Y que este tratamiento no era nocivo para microorganismos benéficos. Pero, antes de seguir avanzando en esta línea de tiempo, retrocederemos para conocer las aplicaciones científicas de la plata en los pueblos más antiguos. 

Una larga tradición científica

Por ejemplo, se conoce que los macedonios aplicaban placas de plata sobre las heridas para favorecer una cicatrización sana y rápida. Está documentado que hacia el 400 a.C. Hipócrates enseñaba que la flor de plata, un polvo ultrafino, cicatrizaba las heridas ulceradas. En la farmacopea romana, el nitrato de plata también era bastante usado. Y Plinio el antiguo, en el 78, escribió que la plata posee propiedades terapéuticas y se revela «muy eficaz para la cicatrización de las heridas, cuando se incorpora al yeso.»

Jabir Ibn Hayyan, según Gerber (721-815), fundador de la escuela árabe que asocia farmacia, astrología y química, considerado por algunos como el padre fundador de la química moderna, autor de unos dos mil tratados, informa que el «nitrato de plata» cuenta con propiedades terapéuticas muy poderosas.

Ibn Sînâ, conocido como Avicena (980-1037), médico y filósofo persa, utilizaba la plata para purificar la sangre, bajo forma de polvo y píldoras plateadas, entre otras, el ancestro de la plata coloidal.

Philippe von Hohenheim, conocido como Paracelso (1493-1541), uno de los más célebres alquimistas y médicos del Renacimiento, considerado como el padre de la homeopatía y el precursor de la toxicología, enseñaba el uso médico de la plata.

Los médicos chinos usaban la plata para fabricar tónicos a base de plantas y para tratamientos de infecciones, supuraciones crónicas, heridas sépticas, fiebres y sinusitis.

La medicina tradicional India, ayurveda, utiliza los coloides de plata para el tratamiento de fiebres crónicas, inflamaciones intestinales, hiperactividad de la vesícula biliar y menorragias.

En 1884, a Franz Crede, uno de los más célebres obstetras alemanes del siglo XIX, al observar que cierta cantidad de niños nacían ciegos después de haber sido expuestos a gérmenes venéreos durante la expulsión del útero, se le ocurrió instilar exitosamente en los ojos de los recién nacidos una solución al 1 % de Nitrato de plata. Al instaurar esta práctica, la tasa de oftalmia de los recién nacidos cayó del 10 % al 0,2 %. En consecuencia, esta práctica se volvió obligatoria en la mayoría de los países europeos y en los Estados Unidos. Se continuó incluso después de la aparición de los primeros antibióticos en 1940.

En 1893, Karl von Nägeli, botánico suizo, informó que las bacterias expuestas a contacto con una solución de nitrato de plata (graduada a 10 ppm), plata coloidal, morían en tres o cuatro minutos.

En 1897, el Dr. Benno Crede introdujo el uso médico de la plata coloidal, es decir plata en forma de partículas microscópicas diseminadas en agua, especulando que la plata coloidal podría poseer las propiedades germicidas de las sales de plata sin tener su toxicidad. Posteriormente, los coloides de plata fueron ampliamente empleados por vía interna para luchar contra diversas infecciones bacterianas (septicemia, fiebres reumáticas, artritis blenorrágica, difteria, meningitis cerebro espinal, etc.).

Durante la primera Guerra Mundial se usaban hojas de plata para combatir la infección de las heridas, lo que reanudaba la lejana tradición de los macedonios.

Durante la epidemia de la mal llamada «gripe española», que era una variante de la peste negra de la Edad Media, el Dr. Edouard Prouvost tuvo que curar a numerosas personas afectadas por esta pandemia. En su libro, editado por Jouve et Cie., en 1919, «Observaciones Clínicas y terapéuticas sobre la epidemia de gripe de 1918», (Remarques Cliniques et thérapeutiques sur l’épidémie de grippe de 1918 en francés) el Dr. Prouvost aplaudía los excelentes resultados de la aplicación intravenosa de plata coloidal. 

A principios del siglo XX, la Medicina occidental había comprobado las notables propiedades terapéuticas de la plata coloidal. A partir de entonces, su empleo se generalizó y se volvió uno de los medicamentos más administrados, internamente en forma de gargarismos, de gotas (nariz, ojos, oídos), en aplicaciones externas locales, y en algunos casos específicos, como durante la pandemia de H1N1, en inyecciones. En 1938 se contaban más de noventa preparaciones médicas patentadas a base de plata y entre los fabricantes figuraban grandes empresas farmacéuticas como Merck, Schiff o Park Davis & Co. La plata coloidal era un tratamiento común en 1940.

Sin embargo, poco después se cedió  su utilización a favor de nuevas sustancias, que se implantaron para revolucionar la medicina. El uso de los antibióticos era más fácil y barato. La plata coloidal  y los demás productos derivados del metal plata se relegaron al olvido de la medicina durante la edad de oro de los antibióticos (1940-1965).

Para los laboratorios farmacéuticos, la ventaja de los antibióticos era que podían ser patentados, lo que ofrecía rentas cuantiosas. Así se forjó un lobby intensivo, en el que implicaron tanto a gobiernos como a instancias de salud internacionales, universidades y centros hospitalarios, que convirtieron a los futuros médicos en prescriptores de antibióticos.

La situación evolucionó hasta tal descaro que, en los años 90, los gobiernos tuvieron que legislar y restringir drásticamente los «seminarios», «viajes» y otros regalos suntuarios que los Laboratorios Farmacéuticos regalaban a los prescriptores.

En Francia, país que tiene el récord de consumo de antibióticos por habitante, los poderes públicos y la Caja Nacional de Seguro por Enfermedad lanzaron una campaña de comunicación ya en 2002, para restringir el uso de antibióticos.

En las últimas décadas, el control en la prescripción de antibióticos se ha generalizado en todo el mundo debido a sus alarmantes efectos secundarios y a las interacciones negativas con otros medicamentos. Entre uso indebido, sobreconsumo y automedicación, el potencial terapéutico de estos medicamentos se vio gravemente amenazado.

¡Hasta qué grado de repercusiones negativas sobre la salud global de la población se habrá llegado para que los gobiernos hayan sido obligados a intervenir! ¡Cuántas habrán sido las evidencias, los estudios, las investigaciones, la pruebas documentadas!

El bactericida con más amplio espectro

En 1999, el Profesor Revelli, de la Universidad de Brigham Young, realizó un estudio en el laboratorio de microbiología que comparaba el resultado de los antibióticos más renombrados y de la plata coloidal comercializada en Estados Unidos bajo la marca ASAP. La «Plata coloidal» resultó ser el más eficaz de los bactericidas, con el espectro más amplio.

La reacción del lobby farmacéutico, a través de sus brazos ejecutores  gubernamentales e internacionales,  no se hizo esperar. Ese mismo año, La Food & Drug Administration decretó en agosto de 1999 que todos los fabricantes que vendan sus productos en el territorio estadounidense deberán seguir el procedimiento de autorización de puesta en el mercado, AMM por sus siglas en inglés, sin lo cual podrían ser objeto de acciones judiciales. Asimismo, prohibió cualquier información que promueva las cualidades terapéuticas de la plata coloidal. Canadá siguió este ejemplo más recientemente. En la Unión Europea, la EFSA (European Food Safety Autority) se niega a homologar como complemento alimenticio la plata coloidal, comercializada bajo la marca «silver hydrosol», argumentando que no se ha establecido que su empleo sea seguro.

En paralelo,  la cantidad de plata consumida por la industria farmacéutica y hospitalaria está en aumento constante. Uno de los derivados comúnmente empleados es el nitrato de plata, que se utiliza tanto para como prevención oftálmica para recién nacidos como para los tratamientos curativos de úlceras. En todo el mundo los tratamientos de quemados graves se realizan con sulfadiazina de plata. En algunos servicios de cuidados intensivos, para reducir los riesgos de infecciones se recurre a catéteres con revestimiento de plata. Muchos apósitos están compuestos de una gasa impregnada con plata nanocristalina que libera, cuando está sobre la herida,  iones de plata. Se utilizan para sanar heridas o abrasiones purulentas y favorece una cicatrización sana y rápida. 

En el manual «El enfermero y los cuidados de los mayores», Joël Belmin escribe lo siguiente:

«La plata es un bacteriano de amplio espectro. En función de los apósitos, la cantidad de plata liberada es muy variable. La acción antibacteriana del apósito también es variable por lo tanto. También ejerce una acción antiinflamatoria al disminuir la actividad metaloprotesa. A pesar de una utilización antigua y amplia, se desconoce por ahora resistencia documentada a los iones de plata. La sulfadiazina de plata existe en Francia desde 1930 en crema (Flammazine, Sicazin) y desde hace poco en forma de interfaz lípido coloidal impregnada (Urgotu SSD).»

Según el artículo publicado en 2018 en el Centro Nacional de Información Biotecnológica de EEUU (en el que se revisaron las patentes de 2007 a 2017 sobre el uso de la plata antimicrobiana en aplicaciones médicas y de consumo), “el uso de la plata por sus propiedades antimicrobianas está aumentando en numerosos campos, incluidos los sectores: médico, de consumo, agrícola e industrial. En poco más de 10 años, se han registrado cerca de 5000 nuevas aplicaciones”.

Internet ha permitido el rápido desarrollo de redes de venta de plata coloidal y la difusión de sus propiedades, lo que ha provocado la reacción de la industria farmacéutica y de sus lobbies en Bruselas y Washington, que pretenden patentarla a través de vacunas y medicamentos,  para extraer en exclusiva la rentabilidad de su uso generalizado. 

La caza de la medicina natural  está abierta desde el siglo XX, pero se ha acentuado en el actual, en paralelo a su renacimiento.  Según la versión oficial, la plata nanoscópica se utiliza y se acepta, de momento, como segura para su uso externo (tejidos, recubrimientos) mientras que existen serios recelos por parte de la comunidad científica acerca de su seguridad por vía oral. Sin embargo, la experiencia de millones de personas en todo el mundo y la milenaria tradición documentada a través de textos escritos demuestran una versión muy diferente. 

Desde Universo Gesara, nuestra propuesta será siempre: investiga y experimenta por tí misma. Sé soberana. Tu cuerpo es tu templo. Tú decides, en consciencia, que entra por sus sagradas puertas. 

Fuentes: 

http://www.platacoloidal.co/colloidal-silver-the-universal-germicide/

La plata, potente antiséptico

https://www.eau-positive.es/la-plata-coloidal-ayer-y-hoy

 

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