Valencia, víctima del negocio del agua
Días atrás, iniciamos la publicación en esta web de una serie de crónicas sobre el “atentado de falsa bandera” cometido en Valencia en la última semana de octubre de 2024. Estas crónicas están sustentadas en la información facilitada por Pilar Esquinas y José Manuel Sanz, de Aguaiuris, entre otros investigadores y testigos de la zona afectada.
https://universogesara.com/tragedia-deliberada-en-valencia/
Aguaiuris es una organización de usuarios y consumidores de defensa del derecho al agua que ha presentado una denuncia por lo ocurrido en el Este de España, especialmente en Valencia, entre el 25 y el 31 de octubre de 2024.
A falta de confirmar las cifras oficiales definitivas, de las que gran parte de la población duda, el resultado humano de esta tragedia son cientos de muertos, miles de víctimas y más de un millón de personas afectadas. Súmenle la destrucción de miles de viviendas, centros comerciales, educativos, sociales y sanitarios; negocios, polígonos industriales, vehículos, enseres domésticos y mobiliario urbano, en general. Y añádanle el dramático escenario de miles de hectáreas de campos de cultivo e infraestructuras hidráulicas completamente arrasados.
Según las previsiones más optimistas, más de un centenar de pueblos de las comunidades autónomas de Cataluña, Aragón, Extremadura, Castilla-La Mancha, Andalucía y, mayoritariamente, Valencia han sido afectados.
Las pruebas recopiladas por Aguaiuris evidencian que el desencadenante de la tragedia no fue en exclusiva la enorme cantidad de agua caída desde el 25 de octubre, sino, y principalmente, el desembalse de miles de millones de litros de agua la tarde del día 29 de octubre, sin previo aviso a la población, procedentes de, al menos, cinco presas de la Confederación Hidrográfica del Júcar.
A modo de ejemplo contrastado, sólo el martes, y sólo Forata, descargó más de 9 mil millones de litros, aunque las presas no estaban ni al 50 por ciento de su capacidad en los días previos. Este desembalse, unido a las escorrentías acumuladas por las intensas lluvias y a la gran cantidad de materia forestal acumulada en los cauces y riberas durante años por prohibir su limpieza provocó la gran ola /sutnami que arrasó con todo lo que encontró a su paso camino a su desembocadura en el Mediterráneo por Valencia.
La apertura de Forata en la tarde del día 29 de octubre es un hecho reconocido por la responsable directa de la orden de abrir presas, la entonces vicepresidenta del gobierno y ministra de transición ecológica y reto demográfico, Teresa Ribera.
Su declaración en sede parlamentaria se producía el 20 de noviembre, el mismo día en que los tres grandes grupos europeos —’populares’, socialdemócratas y liberales— acordaban la constitución de la próxima Comisión Europea, que, precisamente, incluía a la española Teresa Ribera como vicepresidenta primera de la institución. El 1 de diciembre, Teresa Ribera fue nombrada vicepresidenta primera y comisaria de la Competencia de la Comisión. Ese día, y hasta hoy, el lodo y la devastación siguen arrasando Valencia y muchos otros pueblos de otras comunidades
¿Por qué Valencia?
Como viene siendo habitual, la zona más perjudicada por la gota fría que afectó el otoño de 2024 al Este peninsular es la huerta de Valencia, una de las más importantes de Europa y cuya gestión corresponde tradicionalmente a la institución judicial más antigua del marco europeo, el Tribunal de las Aguas.
Tribunales de hombres buenos y honrados
Los tribunales de regantes del Mediterráneo español son instituciones jurídicas consuetudinarias de gestión del agua cuyos orígenes se remontan a la época de Al-Ándalus. Ejemplo de ello son el Consejo de Hombres Buenos de la Huerta de Murcia y el Tribunal de las Aguas de la Huerta de Valencia.
El Tribunal de las Aguas de Valencia es el órgano que ha velado por el reparto justo y equitativo de las aguas entre los agricultores de Valencia, a través de sus acequias, desde hace más de mil años. Según numerosos autores e historiadores, el Tribunal de las Aguas surgió como mecanismo para proteger a los campesinos de cultivos como el arroz, la chufa, hortalizas o cítricos de conductas inapropiadas por parte de terceros. Sus sentencias son firmes. No se pueden recurrir ni apelar y son de obligado cumplimiento.
Desde su origen ha mantenido su funcionamiento a pesar de acontecimientos o periodos turbulentos. De hecho, ni el Rey Jaime I, El Conquistador, ni, siglos después, Felipe V lo eliminaron, aunque éste último si se atrevió con los fueros del Reino de Valencia en 1707. La institución también fue respetada durante la Segunda República y la Guerra Civil. No solo no se alteró su jurisdicción, sino que ésta figura de manera implícita y se blinda en el artículo 125 de la Constitución Española, que regula los Tribunales consuetudinarios y tradicionales, así como en el Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana.
La reforma clave de la Ley de Aguas
Siguiendo con la información facilitada por la abogada Pilar Esquinas, la reciente reforma de la Ley de aguas establece que los gestores de una infraestructura hidráulica pierden el derecho a su explotación después de tres años de no aprovechamiento. En concreto, el artículo 53 del TRLA dice: «El título concesional se extinguirá por el término del plazo, caducidad (originada por el incumplimiento de las condiciones o la no utilización del aprovechamiento durante más de tres años consecutivos por causas imputables al titular), expropiación forzosa o por renuncia».
Por tanto, y según concluye la experta, al haber quedado demolido todo el sistema de regadío, suministro y abastecimiento de la huerta valenciana, su reconstrucción difícilmente podrá afrontarse en el plazo legal vigente. En consecuencia, la perspectiva más factible es que los agricultores de la zona, sus benefactores tradicionales, perderán su derecho al uso del agua. Salvo gestión muy eficiente que haga posible una nueva puesta en marcha antes de octubre de 2027. Esta opción, en vista del desarrollo de los acontecimientos durante el primer mes post-catástrofe, es prácticamente inviable. Porque Valencia ha sido abandonada a su suerte. Y, de no ser por los miles de voluntarios que han acudido a colaborar con todas las víctimas, la situación a fecha de hoy sería más dantesca de lo que continúa siendo.
Teniendo en cuenta, como se informó en la entrada anterior (Tragedia deliberada en Valencia), que algunos fondos internacionales están muy interesados en hacerse con el control de los derechos del agua en esta zona para acometer grandes proyectos en relación con la creación de ciudades del futuro, se puede intuir que esta inconmensurable debacle ha sido muy oportuna para algunos. Pero, sigamos deshojando la margarita.
Valencia abandonada
Si sorprendente fue el antes y durante de la inundación de Valencia en la tarde del día 29 de octubre, por la absoluta falta de previsión, de avisos a la población e de intervención inmediata, más sorprende, después de mes y medio de la catástrofe, la inacción de todas las instancias gubernamentales, desde la Diputación y Comunidad Autónoma hasta el Gobierno e, incluso, la Casa Real. Exceptuamos de estas responsabilidad a los ayuntamientos, porque se han visto absolutamente desbordados y sin apenas recursos para hacer frente a un desastre de tal magnitud. Aunque, en general, la desidia municipal ha brillado más que la operatividad y la eficacia.
Las imágenes recogidas a lo largo del recorrido del sutnami que destruyó todo a su paso un mes después hablan por sí solas de la escasa o nula operancia de los trabajos de recuperación, donde los ha habido. En algunos, aún no ha llegado ni un solitario voluntario. También sirven de referencia los cientos de testimonios de los testigos presenciales y los de informadores espontáneos surgidos en muchos núcleos de población. A modo de ejemplo, recuperamos algunos a continuación.
El abogado, Álvaro Navarro, emite en el vídeo que se enlaza seguidamente un resumen que muestra cómo el pueblo valenciano se quedó solo frente a la debacle, salvo por los voluntarios que acudieron en masa a partir de la llamada de algunos youtubers famosos que se atrevieron a desplazarse a las zonas afectadas, a pesar de que el gobierno y sus pseudomedios negaban la magnitud de la catástrofe y llamaba fascista a todo el que contradecía los bulos oficiales.
El pueblo valenciano estuvo solo tras la devastación a pesar de que el tercer batallón de intervención ante emergencias tiene su cuartel militar en Bétera, a 20 kilómetros de la zona cero, y cuenta con todos los recursos técnicos y humanos para intervenir desde el minuto 0 ante cualquier catástrofe, como ha ocurrido siempre que han acudido a situaciones similares en otros países. Sin embargo, hasta el quinto día, los militares no recibieron la orden política de acudir, presionados por la demanda de la opinión pública y por el ejemplo de los voluntarios civiles. Eso sí, la presencia militar ha sido ridícula, comparada con la magnitud de la tragedia, tanto como los medios técnicos y medidas de protección con las que acudieron. Además, según declaraban los mismos efectivos, tenían órdenes de no intervenir en determinadas situaciones y en espacios privados. Finalmente, tras ser expuesta la ministra de Defensa durante una visita a Valencia, la presencia militar acabó diluyéndose mucho antes de concluir las imprescindibles tareas de urgencia.
Valencia abandonada: https://www.youtube.com/watch?v=EertxZgji9w
Como se describe en el siguiente enlace, en la localidad valenciana de Bétera, se encuentra la base militar Jaime I, el cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad (CGTAD), uno de los cuatro órganos que integran la Fuerza del Ejército de Tierra.
Tercer batallón de intervención en emergencias: https://www.defensa.gob.es/ume/unidades/biem_iii/index.html
En el siguiente enlace, el escritor Santiago Posteguillo, relata cómo vivió en primera línea la catástrofe y la sensación de desolación y abandono de las víctimas durante los tres primeros días ante la absoluta falta de respuesta institucional.
Y no vino nadie: https://www.youtube.com/watch?v=-JbUNI62EWM
La versión del Colegio de los técnicos y profesionales
El Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos organizó un programa de ponencias («LAS CONSECUENCIAS DE LA DANA PODRÍAN HABERSE REDUCIDO) que aporta conclusiones devastadoras.
Entre las propuestas ofrecidas, destacan: Es urgente e inaplazable un consenso sobre el agua en el que las aportaciones de los ingenieros de caminos respalden las decisiones políticas. Hacen un llamamiento para crear un pacto de Estado por el agua. «El agua no tiene ideología, su gestión tampoco puede ni debe tenerla. Deben primar los criterios técnicos, la cogobernanza entre las administraciones y sin intereses localistas».
«Las consecuencias podrían haberse reducido si se hubieran construido las infraestructuras hidráulicas proyectadas».
Según el portavoz, la gota fría de 2024 ha tenido, además de la tragedia de las víctimas mortales, graves consecuencias económicas, un millón de damnificados de tres comunidades autónomas; 69 mil viviendas afectadas y 120 mil vehículos destrozados. En la provincia de Valencia, 78 municipios han padecido sus efectos, en los que vive el 40 por ciento de su población y se ubica el 36 por ciento de las empresas provinciales. Además, según la Federación nacional de comunidades de regantes, los daños en infraestructuras que riegan 70 mil hectáreas abarcan a Valencia, Andalucía y Castilla-La Mancha. En el ámbito económico, los datos son 30 mil empresas dañadas y una pérdida del tejido productivo por valor de 13,300 millones de euros. El Banco de España ha estimado que la catástrofe restará 1000 millones de euros del PIB al crecimiento del cuarto trimestre del año.
«Estamos ante un auténtico desastre humano, económico y material que demuestra que invertir en infraestructuras hidráulicas es rentable desde cualquier perspectiva…… e imprescindible para evitar las riadas».
La patronal de las grandes constructoras ha propuesto una serie de obras que apoya el Colegio de ingenieros de caminos, canales y puertos. El valor de todas las obras planificadas en la ribera del Júcar se estima en 3.170 millones de euros. Y en todas las cuencas del Mediterráneo requiere un total de 5.000 millones de euros.
Esta interesante reflexión, aunque llega tarde para miles de víctimas, debería ser tenida muy en cuenta, al menos, en los juzgados que, obligadamente, deben aclarar responsabilidades penales de todos los responsables.
El presidente del Colegio da un dato estremecedor a partir del minuto 19,36: «Esta tragedia ha demostrado que la relación entre los sistemas de alerta, la comunicación entre administraciones y técnicos, la toma de decisiones ante la situación de emergencia y el aviso a la población no ha sido eficaz. Es imprescindible avisar a la población de manera más eficaz, teniendo en cuenta que más de la mitad de las personas fallecidas tenía más de 70 años de edad».
En el siguiente vídeo, se recoge el contenido completo de la jornada:
Más información sobre causas, consecuencias y soluciones en:
https://www.hayderecho.com/2024/11/19/retraso-prevencion-tragedia-dana-valencia/
La guerra por el agua
En la investigación que desde esta página informativa hemos llevado a cabo en el último mes, hemos encontrado geólogos que califican al río Júcar como uno de los más importantes de la Península Ibérica. Como se describe en la información facilitada en la entrada anterior a ésta ( https://universogesara.com/tragedia-deliberada-en-valencia/), este río nace en la Sierra de Cuenca y recorre más de 500 kilómetros antes de desembocar en el mar Mediterráneo, por Valencia. Una de sus características destacables es el número de afluentes que contribuyen a engrosar su caudal. Entre ellos destacan los ríos Turia, Cabriel, Magro, Jalance, Mijares, Albaida, Guadazaón, Cautabán.
Según el Organismo de cuenca del Júcar, en total, son 12 afluentes principales, además de numerosos arroyos y barrancos que lo alimentan y lo hacen crecer hasta convertirse en un auténtico gigante. A lo largo de su recorrido, hay un sin fin de presas, azudes y canales históricos que hacen de aquella tierra una de las más ricas de España en cuanto a recursos hídricos. Y por ello, una de las más codiciadas por los grandes fondos internacionales que desde hace unos años están a la caza y captura de los derechos del agua que históricamente han pertenecido a los agricultores, ganaderos y vecinos de las poblaciones colindantes a las cuencas.
Desde que en 2020, el agua empezó a cotizar en la bolsa de Wall Street, han aflorado demasiados intereses por hacerse con este recurso natural básico para la vida en la Tierra. El agua cotizando en bolsa significa que su valor se negocia en los mercados financieros y su precio final responderá al clásico juego entre oferta y demanda. Por tanto, cuanta más sensación de escasez se transmita, mayores serán los beneficios para quienes se apoderen de este preciado bien. Y, en consecuencia, mayores los perjuicios para quienes dependen del agua para sus actividades diarias.
Lo acontecido en Valencia en octubre de 2024 es el ejemplo mayúsculo de la guerra por el agua que los magnates globales han declarado contra los legítimos dueños del derecho a su uso y sus gestores, el Tribunal de las Aguas, la más antigua institución de Justicia de Europa, con más de mil años de historia. Son demasiados los recursos en manos de agricultores, regantes, ganaderos y ayuntamientos, en manos de los pueblos, al fin y al cabo. Demasiados para la avaricia de esos pocos que siempre rompen el saco por la parte más débil y a los que les estorbaba todo lo que ha quedado aniquilado.
Ahora tienen el camino expedito para sus planes de control de presas, ríos y manantiales, para la instalación de sus embotelladoras, sus plantas de energías renovables, sus fábricas de hidrógeno verde y sus megacentros de inteligencia artificial y gestión de datos. Y, como no, sus ciudades inteligentes. Toda esta infraestructura tan ¿ “eco” ? sacará del mercado libre y destruirá millones de litros de agua diariamente, arrebatados a los consumidores, a los agricultores, a los ganaderos y a todos los pequeños productores locales, al tiempo que inutilizará millones de hectáreas de cultivo y generará residuos muy peligrosos cuya gestión nadie ha resuelto aún. Al menos, que se sepa.
La estafa de la sequía y del timo climático
Estos planes son los que esconde la estafa de la sequía y el timo climático tan cacareado en esa famosa agenda que nadie ha votado, pero que han inoculado en todas las organizaciones, instituciones y países del mundo, y que todos los gobiernos, en mayor o menor medida, están ejecutando fielmente y sumisos a sus amos.
En España, la estafa comenzó mucho tiempo atrás, en 1986, con una anterior reforma de la Ley de Aguas que provenía de la denostada época franquista. Curiosamente, Franco había establecido en los años 60 el derecho universal al agua, llevando este recurso desde los manantiales y fuentes a las casas a través del alcantarillado. También garantizó el regadío universal, a condición de que parte de los beneficios obtenidos se dedicaran a la infraestructura. Este plan lo reventó definitivamente la Unión Europea con la directiva 2000/CE, que establece el marco comunitario de actuación en el ámbito de la política de aguas y que está en el origen de gran parte de las catástrofes atmosféricas que se vienen provocando, no sólo en España, sino en toda Europa en las últimas décadas.
Directiva 2000/60/CE: marco comunitario de actuación en el ámbito de la política de aguas
Como relata Pilar Esquinas a Laura Rodríguez en una entrevista publicada el 12.12.24, el evento de la gota fría se produce en el Levante español, según datación histórica, desde 1500. En 1500 no había coches ni contaminación atmosférica. La versión actual oficial sobre los cambios en el clima de la Tierra es un gran negocio que proporciona enormes beneficios a unos pocos, y terribles perjuicios a la mayoría. Porque, quien controla los recursos naturales controla el mundo. Y, finalmente, su controlado «timo climático» está llevando a ese escenario.
«Casualmente», 19 días antes de la catástrofe, el BOE publicó que la Confederación Hidrográfica del Júcar había suscrito un seguro de responsabilidad civil en caso de negligencia o falta leve para su personal funcionario. Casualmente, los días 23, 24 y 25 octubre se celebró en Valencia un evento sobre los retos para crear ciudades inteligentes. Causalmente, justo el día 25, viernes, se inicia la supuesta dana. Casualmente, ese mismo día, un agricultor valenciano muy conocido en redes, el Palleter, alerta sobre la desactivación de los radares meteorológicos en la zona de Valencia. Casualmente, tras días de intensas lluvias, el día 29 una ola gigante inunda gran parte de la zona con mayores recursos hídricos del Levante español. Casualmente, no hubo alertas según los protocolos establecidos. Casualmente los días 30 y 31, nadie da la orden para acudir en ayuda y rescate de la gente atrapada en el lodo. Casualmente, 40 días después, la devastación es el escenario dominante en gran parte de la provincia de Valencia, mientras toda la oficialidad responsable acude a una misa ritual como si todo estuviera ya resuelto. Capítulo cerrado. El plan debe continuar.
Aún hay, y habrá por siempre, desaparecidos, lodo y montañas de guijarros por toda la zona, cementerios de coches intratables, familias rotas para siempre, vidas irrecuperables para la esperanza, negocios y campos destruidos, montañas de trámites insalvables, miles de ayudas que nunca llegarán o que serán otra nueva trampa, como la de aquella riada del 29 de octubre que llegó en enormes oleadas mortales, provocadas por el vaciado descontrolado de presas, sin avisar a la población, para que no pudiera tener opción de ponerse a salvo. El plan es tan evidente.
Después de la gota fría del otoño 2024, según la información recopilada por Aguaiuris, los embalses de todas las cuencas del Júcar están prácticamente vacíos. El próximo verano, volverán a bombardearnos con su cuento mediático de la sequía y el sacrificio de las miles de víctimas inmoladas en el altar dedicado a sus venerados dioses de barro habrá servido, una vez más, para avanzar en su agenda multicolor.
¿Por qué no hay agua en los embalses de Valencia?
“Este verano, no digáis que es sequía. Es saqueo”
José Manuel Sanz (Aguaiuris)
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