Luz roja y azul de metileno

Es impresionante la cantidad de literatura científica que aborda el tratamiento no invasivo y eficaz de todo tipo de enfermedades. Por un lado tenemos el uso de la Fotobiomodulación, o estimulación con luz roja y cercana a infrarroja, que actúa de múltiples maneras sobre el cerebro dañado por la radiación, las vacunas, la toxicidad por metales pesados y/o micotoxinas, los lipopolisacáridos de las bacterias gramnegativas.

Que sepamos la fotobiomodulación tiene varias propiedades (la lista no es exhaustiva) que podemos resumir como: antioxidante (modulando las especies reactivas de oxígeno), antiinflamatorio, protector mitocondrial (de la citocromo oxidasa y de la producción de ATP), estimulador del óxido nítrico (mejora el riego sanguíneo cerebral), inmunomodulación y regeneración cerebral, protección y reparación de la mielina.

https://www.spectraredlight.com/red-light-therapy-for-multiple-sclerosis/

Por otro lado, tenemos el azul de metileno, un tinte sintético que ha sido utilizado en el tratamiento de las enfermedades mentales y la malaria y que ha demostrado recientemente el papel que desempeña a nivel cerebral eliminando las proteínas priónicas (beta amiloide, alfa sinucleína…), antioxidante, anti-inflamatorio, neuroprotector y protector mitocondrial, además de nootrópico eficaz.

https://www.nature.com/articles/s41598-017-12635-6

La combinación de estos dos elementos es probablemente el mejor seguro de vida para la salud neuronal de nuestro cerebro.

Luz roja

A medida que se intensifica la búsqueda de terapias alternativas, la terapia con luz roja (RLT) está emergiendo como un potencial rayo de esperanza para muchos pacientes. Esta terapia, basada en los principios de la fotobiomodulación, profundiza en el nivel celular, aprovechando longitudes de onda de luz específicas para interactuar con las estructuras celulares.

La terapia de luz roja (RLT) no es un concepto novedoso, a pesar de su reciente aumento de popularidad. Civilizaciones antiguas ya reconocieron el potencial terapéutico de la luz solar. Sin embargo, sólo en las últimas décadas hemos aprovechado los componentes específicos de la luz, en particular las longitudes de onda roja y del infrarrojo cercano, con fines terapéuticos específicos.

En esencia, la RLT opera en un rango distinto de longitudes de onda . Este espectro específico es crucial por sus efectos fisiológicos únicos en el cuerpo. Para distinguirlo de otras modalidades basadas en la luz, RLT no depende del calor ni de los rayos UV para producir sus efectos. En cambio, su eficacia tiene sus raíces en el ámbito de la fotobiomodulación.

La fotobiomodulación se refiere al mecanismo por el cual la luz interactúa con las estructuras celulares, lo que genera diversas respuestas biológicas. Una interacción fundamental ocurre dentro de las mitocondrias, el centro energético de nuestras células. Aquí, los fotones de luz son absorbidos por una enzima llamada citocromo c oxidasa. Esta absorción estimula la enzima, favoreciendo la producción de ATP (trifosfato de adenosina), la principal moneda energética de las células. Esta cascada de eventos no solo aumenta la energía celular sino que también modula el estrés oxidativo al equilibrar los niveles de especies reactivas de oxígeno (ROS). Además, RLT puede promover la liberación de óxido nítrico (NO), un vasodilatador que mejora la circulación y puede ser fundamental para reducir la inflamación.

En esencia, la terapia con luz roja no es sólo una simple exposición a una fuente de luz. Es una interacción cuidadosamente calibrada de longitudes de onda específicas con la maquinaria celular de nuestro cuerpo, que provoca respuestas que potencialmente pueden aprovecharse para obtener beneficios terapéuticos.

Azul de metileno (MB)

El azul de metileno (MB) es un compuesto químico aromático, con la fórmula química C16H18N3SCl. Tiene muchos usos en biología y química, como tinte para la industria textil, y tiene potentes propiedades antibióticas y antioxidantes. Desde su descubrimiento como el primer agente antipalúdico sintético por Ehrlich en 1891, el MB se ha utilizado en varios campos clínicos para el tratamiento de la metahemoglobinemia aguda y crónica, la intoxicación por monóxido de carbono, la infección del tracto urinario, el shock séptico y el bypass cardiopulmonar.

El MB suprime la producción de radicales superoxidantes al actuar como un receptor alternativo de electrones de óxido de xantina. Recientemente, el MB ha recibido una mayor atención en vista de estudios que sugieren su utilidad en el tratamiento de la disfunción mitocondrial. También se ha estudiado como agente para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer. MB también puede proporcionar funciones neuroprotectoras basadas en sus propiedades antiinflamatorias. Además, la expresión de genes inflamatorios se redujo en la microglía tratada con lipopolisacárido (LPS) en presencia de MB en los medios de cultivo.

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