Plenilunio en el bosque de Auxa

Desde la casita de Auxa, contemplamos la pequeña aldea de Pandiello y los Picos de Europa, un paisaje que te recarga el alma, entre el trinar de mil pajarillos y el tintineo de los cencerros de les vaques. Al fondo, desde el interior de la montaña próxima, se escucha el rugir del agua precipitándose ladera abajo hasta el frondoso valle. Nos acompañan el hórreo vecino y su huerto: calabacines, pimientos, berenjenas, judías y otros muchos frutos que cría esta bendita tierra. 

Antes de nuestra llegada a Asturias,  compañeras de Soberanía y Salud me habían pasado el teléfono de Auxa. Buscábamos un alojamiento singular,  y me aseguraban que ella podría tenerlo. Curiosamente, Auxa nos comentó después que no alquila su casa, aunque acoge a amistades y allegados cuando siente que vibran en su sintonía. O algo así interpretó mi expansiva imaginación. Yo quería conocerla desde que supe que vivía en una casita en el bosque y que sabía de plantas silvestres medicinales. Por eso insistí en encontrarla, aunque el universo se empeñó el primer día en desviarnos a un Pandiello mucho más lejano. Al reencontrarnos, la conexión se produjo por ambas partes. Como si fuéramos viejas amigas. Lo de «como si» es una forma de expresarlo para quienes no creen en que el Universo te lleva en cada momento al lugar donde te corresponde estar. No habíamos llegado hasta aquel recóndito lugar de Asturias por casualidad. Y todas lo sabíamos. Por eso acordamos ampliar un día nuestra estancia en aquel paraíso y pasar juntas nuestra última jornada. Además, habría fiesta de despedida incluida, aprovechando que organizaba un encuentro entre amigos de la zona para celebrar el plenilunio de julio. A la fiesta se sumó Inma, que se desplazó desde El Monasterio y Antonio, que venía desde Oviedo.  

Desde nuestra llegada, la cocina fue un hervidero de preparativos y conversaciones precipitadas. Queríamos contarnos tantas cosas¡¡¡ Todo era ¡tan sorprendente¡ Se había dado tanta sincronía para que pudiéramos estar allí todas justo ese día, 13 de julio, con su correspondiente noche de Luna llena¡¡¡¡ Hablamos de todo y todas. Pero, sobre todo, de plantas y de los productos que ella elabora. Estudió fitoterapia y la practica. Precisamente, al día siguiente, tenía prevista una ruta para reconocimiento e identificación de plantas silvestres comestibles y medicinales a la que se sumó Inma, ya que para nosotros resultó imposible porque no podíamos retrasar más el regreso a Córdoba. La tarde nos sorprendió con la lectura de oráculos, recurso habitual siempre que Ángela está presente. 

La noche transcurrió en el corazón del bosque, donde nos insertamos a través de un sendero que obligaba, incluso, a atravesar el río. Poco después llegábamos al espacio que Auxa comparte con su familia, tanto humana como animal y vegetal. De repente se hizo la magia¡¡¡ El tiempo se detuvo.  Sentí como si hubiéramos ingresado en las páginas de un maravilloso cuento infantil donde aquel singular grupo se convertía en protagonista. Auxa preparó una abundante y variada cena para todos los comensales, que degustamos sin rebajar el nivel de sorpresa en ningún momento. Después, sentados en torno al fuego purificador, poco a poco, la Luna se hizo presente. La tertulia se prolongó hasta la madrugada. Fue una experiencia que no olvidaremos y que se completó con el paseo de regreso al pueblo, guiados por los escasos reflejos que dejaban pasar los castaños y avellanos entre sus ramas. Y acompañados, una noche más, por el tintineo de los cencerros y el ulular del cárabo. 

Regreso a Córdoba 

El regreso desde el Edén asturiano al desierto cordobés fue bastante duro. Atravesar Castilla, un infierno. Creo que durante el viaje sufrimos temperaturas de 55 grados. Exagerando poco. Europa, y especialmente España, estaba soportando una ola de calor muy intensa. Ya en casa sentí que en este camino iniciado contamos ya con muchas casas de acogida y muchas almas hermanas. Gracias infinitas a todas. Como hemos repetido tantas veces en este viaje por ¡Sorpresa¡: El Paraíso existe y lo hemos disfrutado. VOLVEREMOS. 

A medida que íbamos descubriendo sitios y almas lindas, por resonancia con cada una de vosotras, las que no habíais podido sumaros a este primer Viaje por Sorpresa, os íbamos incorporando al siguiente tour. Antonio empezó organizando el siguiente viaje con una furgo adaptada y acabó pensando que, finalmente, necesitaríamos un autobús y un albergue en cada parada del camino. Lo cierto es que hemos abierto una puerta que merece la alegría atravesar en próximas ocasiones. 

A modo de conclusión de la crónica de este Viaje por ¡Sorpresa¡ a continuación añado los comentarios que a través de wassap,  telegram o en directamente,  han transmitido las demás almas viajeras. A cada una de vosotras os dedico una o varias fotos como recuerdo de esta bella experiencia compartida. Hasta el siguiente Viaje por Sorpresa, compañeras. 

Nati: Ha sido un viaje mágico. Llenito de sorpresas.

 

Antonia: La Alberca, una estrellita en la constelación que estamos creando. Gracias por esta visita relámpago que sé y me alegra que os haya dejado un buen sabor de boca. Todo principio llega a su fin, pero lo importante es el camino andado, lo aprendido, lo vivido…. y las temperaturas bajan el lunes. Antonio tiene razón. ¡¡¡Vámonos a Asturias¡¡¡

          Esta es para Juanjo.

Juani: Gracias Antonia por los días en tu casa. Gracias a Juanjo por acompañarnos durante la estancia. Gracias a Mara por llevarnos al paraíso de Raúl y dejarnos conocer a su bellísima amiga Inma. Gracias a Ángela, por dejarme su saco de dormir. Gracias a Laura por viajar hasta nosotras. Gracias a Nati por hablar desde su corazón y por tantos momentos inmortalizados con tu cámara. Gracias a Toño por estar a mi lado en todos los momentos de mi vida. Gracias a todos por compartir vuestra compañía que, para mí, ha sido lo más importante del viaje, además de las experiencias vividas…. Gracias a todas por quererme estos días.

Laura: Gracias a ti, Juani, por ser como eres: Luz. Y gracias a todas vosotras por haber compartido conmigo unos días de vuestro maravilloso viaje. Ha sido un placer.

Angela: Os dije que encontraríamos el paraíso. Y hemos encontrado tres. 

Inma: La cuadra está cada día más preparada. La tengo que tener lista para la próxima vez que vengáis. 

Antonio: ¿Os dais cuenta ahora? El lugar es Asturias. 

 

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