Se fue el año más decisivo en la vida de la actual generación humana sobre la Tierra. Y, sólo puedo decir: GRACIAS.

Gracias por todo lo que me enseñaste, grande 2020. Gracias por todo lo que me permitiste aprender. Tan duro, tan difícil. Y tan maravilloso. Fuiste un año complejo que trajiste una tremenda catarsis para la toda la Humanidad. Fuiste un freno para todos. Nos dejaste incertidumbre. Pero, también, la calma. El descubrimiento.

Personalmente, viví el primer año sin la presencia física de mi padre. Aunque no he dejado de sentirlo a mi lado ni un minuto. Personalmente, gracias a su partida, a su tránsito, aprendí que la Muerte no existe tal y como nos la han descrito. La Muerte sólo es un cambio de estado que nos permite volver a nuestro estado esencial, donde podremos decidir si queremos tener una nueva aventura aquí en la Tierra.

El conjunto de eventos vivido durante 2020, necesariamente, tendría que llevarnos a considerar y ver dónde nos han traído nuestras acciones, creencias y forma de ver la vida.

La realidad es consecuencia de nuestros propios pensamientos. Y  la Historia, en consecuencia, es fruto de lo que pensamos. Si queremos no repetirla,  conocer la Ley cósmica de la Atracción y todas las contenidas en el Kybalión es tarea urgente y prioritaria. Además de conocer nuestra verdadera historia. ¿Quiénes somos realmente? ¿Cuál es nuestro auténtico origen? ¿Qué hacemos aquí? ¿Para qué hemos venido? ¿A dónde vamos después? Todas esas preguntas que siempre han formado parte de nuestra esencia van a ser respondidas. Si no lo están aún para ti.

Nos encontramos en un proceso vertiginoso de ascensión. En apenas 4 o 5 años habremos ascendido. La Humanidad habrá aprendido para qué vinimos a este planeta.

En la antesala de la Era de Acuario, se nos ofrece replantear nuestras creencias y acciones. De actuar en consciencia. Nos hicieron ser esclavos de otros. Pelear los unos contra los otros. Países contra países. Hermanos contra hermanos, en guerras financiadas a ambos bandos por los mismos controladores de siempre. Los que nos manipularon genéticamente para convertirnos en carne de cañón, en su rebaño.

El mal de este planeta ha sido fruto de la programación mental, la manipulación mediática, el abandono de nuestros hijos, valores y de la ley natural. Nos incitaron hacia conflictos familiares, a pensar que tener más nos hacía más; a  olvidarnos del Ser. Sólo nos enfocaron en el hacer y el tener.

La enfermedad 2020 ha sido una más de tantas. NO es la primera ni será la última. Pero, ahora estábamos más preparados. Ninguna de las enfermedades,  epidemias y desastres padecidos han sido fruto de procesos naturales. Aunque nos lo hicieron creer. La viruela, las pestes, el hambre, las guerras… todo fue premeditado, con alevosía y nocturnidad.  No es la primera vez que nos atacan. Todas ellas provocaron los enormes cambios sociales que los manipuladores pretendían. Pero, siempre nos dejaron lecciones. Nos hicieron evolucionar para prepararnos para este nuevo ataque contra toda la Humanidad.

En el 2020, lo que tenía que haberse convertido en un genocidio mundial ha sido la mayor oportunidad para esta Humanidad. Simbólicamente, tenemos tanta desinfección que las gripes comunes han desaparecido, los virus y bacterias se han reducido. Se han producido menos muertes que en los años anteriores en todo el mundo. Y, en paralelo, millones de mentes y almas también han entrado en proceso de depuración y limpieza profunda. Nunca en nuestra historia fuimos tan sanos y felices. Paradójicamente, a pesar del evento, hemos entrado en una extraña calma.

Hemos recuperado valores perdidos: valoramos la presencia de las personas que amamos. Apreciamos las cosas sencillas, el encuentro con las almas cercanas. Nos sentimos realmente solidarios, compasivos, amorosos. Nos hemos hecho más introspectivos. Nos hemos dado un año de vacaciones con los nuestros, en casa, disfrutando de nuestra riqueza interior.  Cierto es que para algunos ha sido más difícil por su inestabilidad económica. Pero, finalmente, también esta prueba ha resultado a favor nuestro.

La supuesta pandemia ha sido un punto de inflexión en la Historia Humana.  Ahora, toca reinventarse. Poner sobre la mesa nuestras prioridades para llegar a una nueva sociedad colaborativa, solidaria, libre, creativa. Tenemos que empezar a pensar diferente. Las relaciones, la amistad, la familia, la sociedad, tenemos que reinventarlas. No vamos a trabajar más para nadie. Será para beneficio y disfrute propio y común.

El tiempo cambia y nuestra percepción evoluciona. Nuestra capacidad de control. Control de nuestras vidas, del tiempo. El tiempo sólo es una percepción del observador. Lo importante es tomar conciencia de lo que somos. La realidad es consecuencia de nuestros propios pensamientos. Podemos crear la realidad que queremos.

Se nos vienen desafíos apasionantes: olvidar unas y adoptar nuevas tecnologías, acceder a la computación cuántica, convivir con una IA que trabaja a nuestro favor, las camas de sanación; cibertrónica, etc. En paralelo, se eliminarán tecnologías y energías que estuvieron trabajando en  contra nuestra: energía atómica, fósiles, bélicas.

La libertad es nuestra. Escojámosla. Abandonemos el ego. Optemos por el Amor. El cambio es muy importante. Es el más importante en la historia de esta Humanidad. Supone una nueva forma de vivir. La 5 D será el espacio tiempo concreto donde habremos aprendido quiénes realmente somos y actuaremos en consecuencia.

Feliz Nueva Era.  

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