Viaje por ¡SORPRESA¡. Asturias, paraíso terrenal                                                                                                                                         

 

Hola, de nuevo, Almas Viajeras.

Hace unas semanas, el segundo capítulo de la crónica de “Viaje por ¡Sorpresa¡” acabó en el momento en que partíamos desde Espacio UNIVERSOS, junto a Hornillos de Eresma, en la provincia de Valladolid, rumbo a Asturias, destino final del trayecto.  Allí nos esperaba Inma y la familia de Antonio. Aquella visita al paraíso terrenal será el contenido del tercer  capítulo de la crónica de este “Viaje ¡POR SORPESA¡”.

Sobre el mediodía del 9 de julio de 2022, por fin, pisábamos el puerto de Pajares, entrada natural a la comunidad asturiana y a la cordillera Cantábrica. Es la principal vía de comunicación por ferrocarril y por carretera con el centro y sur de España. Con una altitud de 1.378 metros, es muy conocido por la vuelta ciclista, la estación de esquí,  las nevadas invernales, sus nieblas en las noches de verano  y sus pendientes, que llegan hasta el 17%. También por el antiguo parador de turismo de Pola de Lena, situado exactamente en la misma coronación del puerto. Aunque fue inaugurado en 1953, estaba en servicio desde el 12 de julio de 1952. Setenta años después, las viajeras por sorpresa saludaban con honores al impresionante edificio, que da la bienvenida a Asturias y despide a la provincia de León.

El primer parador nacional de Asturias tiene corte escurialense. Sus casi cuatro mil metros cuadrados construidos se distribuían en cinco plantas que albergaban 33 habitaciones con baño. El día 31 de diciembre de 1984, cerró y abandonó la red nacional de paradores, coincidiendo con la clausura masiva de líneas férreas por toda España -supuestamente deficitarias-, en cumplimiento de un plan de austeridad gubernamental.

Tras más de quince años de abandono, en 2016, fue adquirido por el grupo menorquín ELITEHOTELS y,  tras ser rehabilitado,  el 22 de diciembre de 2017 fue reabierto al público. Inicialmente mantuvo activos restaurante y cafetería. Pero, a partir de 2021, ya sólo tiene abierta la cafetería. En cualquier caso, las vistas desde aquel punto exacto de la geografía española son maravillosas.

Entras en el paraíso natural asturiano y todo es verde, prados, bosques, montañas. El paisaje está salpicado de hórreos, paneras y cabazos, junto a casitas dispersas por doquier. Algunas conservan su arquitectura tradicional. Otras presentan unas líneas muy  modernas. Las vacas pastan serenas en el monte. Ríos y cascadas discurren tranquilas en esta época del año. Abruptos acantilados, playas salvajes, calas de arena blanca, lagos de aguas cristalinas, y muy frías, conforman el cuadro macro.

Entras en el paraíso asturiano y la temperatura ambiente empieza a descender a medida que tu alma se enciende por el calor humano que transmite la buena gente que allí habita y que te acoge con generosidad y nobleza. El cuerpo se siente más liviano por el frescor que te rodea.  Tened en cuenta que subíamos desde Córdoba, donde habíamos dejado casi 50 grados a la sombra. Exagerando poco.  Pero, el corazón se aprecia henchido, palpitante. Pareciera que hemos regresado al origen, al Edén que albergó a nuestros ancestros, los primeros seres humanos sobre la Tierra.  Y, en cuanto degustas las sabrosas viandas locales, el estómago también empieza a henchirse. 

Nuestro primer almuerzo en Asturias fue triunfal: fabada, cachopo y lacón, entre otras delicatesens autóctonas, como el típico arroz caramelizado; acompañado, por supuesto, con culines de sidra. De fondo, el verdor intenso de los prados y el gris inmenso de las montañas. Y Antonio,  transformado, presumía orgulloso de patria chica. Méritos tiene sobrados. 

Los imprescindibles de Asturias

Recomiendan las guías turísticas que, en Asturias, hay que ver los Picos de Europa, los lagos de Covadonga y su Real Santuario, Cangas de Onís, Llanes, Oviedo, el Descenso del Sella, la ruta del Cares, Cudillero, Lastres, Colombres, los Bufones de Pría y múltiples sitios más, si es posible. Nosotros, gracias al guía y conductor experto que llevábamos, pudimos visitar gran parte de esta lista y más lugares de ensueño que, a continuación, desgranaré. Por ejemplo, nuestra primera parada: la aldea de Pandiello, entre Cangas y Llanes, frente a la cueva de la Covaciella. Poblaciones cercanas son Puertas, Ortiguero, Canales, Asiego, Berodia e Inguanzo. Como suele ser habitual en aquellos lares, hasta la aldea se asciende por una sinuosa carretera de montaña que te permite contemplar preciosas vistas de los Picos de Europa. Una vez allí, descubrimos ¡por sorpresa¡ que no era el destino que buscábamos. Existen otras dos aldeas más denominadas Pandiello en Asturias. Pero, aquel ¿error? nos llevó a un lugar que siempre querremos volver a visitar. Otro Pandiello, en dirección a Fios, pasado Arriondas, sería el que nos invitó a prolongar un día más el viaje. El espacio y su guardiana merecían ese disfrute. Pero, esa visita la reservamos para el final de esta narración, porque fue la guinda de un riquísimo pastel de experiencias, encuentros y emociones.

Casa Blanca en Vegarrionda

Al atardecer de aquel primer día de «Viajeros por Sorpresa» en Asturias, llegamos a Casa Blanca, la coqueta vivienda rural que nos esperaba en la aldea de Vegarrionda, un oasis entre montañas y bosques, surcado por el río Piloña, afluente del Sella. Fue una de las múltiples sorpresas del viaje. NO sólo por la calidad del alojamiento, que se mantuvo libre para nosotros durante días, aunque no confirmamos la estancia hasta el mismo día que llegábamos. Sobre todo, por el entorno: la pradera, el río, el bosque, los habitantes de la vega, el bar-tienda justo al lado de la casa; la paz, la calma del espacio, el sonido permanente del agua, el tintineo de los cencerros de las vacas en la oscuridad y el silencio de la noche. …. Una delicia¡¡¡

Así vimos irse la tarde y llegar la noche aquel primer día en Asturias. En animada conversación con nuestra simpática anfitriona, que parecía conocernos de toda la vida.

https://www.vivirasturias.com/entidades-poblacion/c/0/i/54857613/vegarrionda

En Vegarrionda, nos esperaba la promotora de un festival bastante famoso en los últimos años: USF (Una Señora Fiesta). Os dejo el enlace promocional que se divulgó en 2019 porque me ha encantado.

https://www.lavozdeasturias.es/noticia/asturias/2019/08/17/pueblo-solo-15-habitantes-reedita-senora-fiesta/00031566055236170276396.htm

Tras  contemplar el hermoso amanecer del segundo día en Asturias, 10 de julio de 2022, emprendimos de nuevo ruta, dispuestas a conocer Arriondas, L´Infiestu, Pandiello  de Fios, Cangas de Onís y Ribadesella. Fue una intensa, bonita, divertida y disfrutona jornada. Y aquí tenéis las pruebas gráficas:

Cangas de Onís, historia de España 

En Cangas de Onís recibimos una clase magistral de historia de España mientras paseamos sobre su imponente puente Romano y contemplamos el lento transcurrir del Sella bajo su arco y su simbólica cruz colgante. 

Cuentan las crónicas de la época que, tras la invasión musulmana de la península en el año 711, se produce una vertiginosa ocupación de todo el territorio hispánico, desde Gibraltar al Cantábrico, sin encontrar ninguna resistencia militar hasta que, en el año 718, Don Pelayo y un pequeño grupo de hombres les infringe la primer derrota en Covadonga. Pelayo y sus seguidores se refugian en Covadonga y tiende una emboscada a los perseguidores al mando del general Alkama. Derrotado y puesto en retirada el ejército musulmán, Pelayo es elegido Rey y establece su corte en Cangas de Onís. Cangas de Onís fue el epicentro desde el que se gobernó y planificó el incipiente Reino de Asturias, germen del posterior Reino de España. Este momento estelar en la historia de la ciudad es recordado en su escudo con la leyenda «MINIMA URBIUM, MAXIMA SEDIUM» (la más pequeña ciudad, la más importante sede), y por el Rey Don Alfonso XIII, quien otorgó a la pequeña localidad el título de Ciudad en 1907, en reconocimiento a su contribución a la historia de España.

También en Cangas, además, saboreamos por primera vez los típicos chorizos a la sidra y observamos espléndidos huertos regados por las aguas del Sella, donde también nosotras refrescamos nuestros pies en un ratito concedido al descanso de las viajeras. 

https://turismocangasdeonis.com/

Tarde de playa, sidra y encuentro familiar en Ribadesella 

En Ribadesella, disfrutamos del primer baño en el Cantábrico y de otro ratito de relax sobre una arena blanca y fina. La tarde, calurosa, invitaba a batirse con aquellas aguas transparentes y bravas de la playa de Santa Marina. El oleaje era intenso. Pero, nos atrevimos. Otra sorpresa del día fue el encuentro familiar entre Antonio y su hermana mayor, Rosi; quien llegó acompañada de su marido, Jorge, un simpático asturiano que, siguiendo la tradición, invitó a sidra en una de las famosas sidrerías de las muchas que se puede encontrar en el paseo marítimo. En un relajado recorrido, atravesamos el puente del Sella y llegamos a un mercadillo. Imaginad el buen rollito que entablamos con el encargado del puesto de plantas medicinales  «El ermitaño» al desvelarnos que, además,  la marca tiene su sede en Jaén. Sus mezclas de «buenas hierbas» para todo tipo de dolencias quedan recomendadas por nuestra parte después de haberlas probado. Se puede solicitar asesoramiento y comprar a través de su página web o por teléfono.

Como explica la propaganda oficial en sus paneles informativos: «Ribadesella tiene un eterno paseo, porque en cada vuelta descubres algo nuevo. Y además, su entorno natural es de una belleza indescriptible».  Las viajeras por ¡Sorpresa¡ damos fe. Así transcurrió aquella tarde del 10 de julio, apacible, en un escenario muy, muy especial. La villa riosellana ofrece alicientes de lo más variado, desde su casco histórico, al vistoso paseo del muelle o la emblemática emita de Guía, encaramada en lo más alto del promontorio sobre la bocana del puerto. Y qué decir de su espectacular arquitectura indiana en primera línea de mar. Nos faltó tiempo para acudir a una de las cuevas prehistóricas más importantes del mundo, la de Tito Bustillo, patrimonio de la Humanidad. Aunque Rosi y Jorge insistieron en que no podíamos perder esa gran oportunidad. Quedó pendiente para la próxima visita ya que teníamos que volver a Vegarrionda para que Antonio pudiera llegar no muy tarde a Oviedo, donde le esperaba su madre. 

Como tantos miles de andaluces, Casilda, nacida en la sierra de Cazorla, provincia de Jaén, emigró a Asturias en los años sesenta. Allí forjó su vida y su familia. En aquella tierra amable que les acogió y les dio todo descansan los restos de su marido, Juan, natural de Albendín, provincia de Córdoba, muy cerquita de mi pueblo. Ambos mantuvieron siempre su querencia al sur, donde vivieron su infancia, la patria del corazón.

https://www.ribadesella.es/air/ribadesella.html

El Monasterio, la aldea de Inma 

El Monasterio es una aldea de VILLAVICIOSA, entre El Fresno y el mar Cantábrico, donde vive Inma, una amiga que conocí en la Universidad Popular de Permacultura, en Almodóvar, Córdoba. Inma llegó a Asturias por causalidad, que no por casualidad, en marzo de este mismo año. Y, en apenas seis meses, se ha construido allí un lugar en el mundo donde se siente bien, en paz. Donde tiene todo lo que necesita. En estos meses, ha forjado un huerto y bosque comestible muy fructífero que da de comer a ella, a la familia con la que convive (Esther y Luis) y, en ocasiones, a las vecinas de la aldea, con las que hace trueque de productos. Últimamente, también comparte frutos con algunos corzos. 

En realidad, este viaje por sorpresa a Asturias que tanto fruto ha dado surgió de mi interés por reencontrarme con Inma en esa tierra que para ella es el paraíso. Ese paraíso donde se crían espléndidos huertos sin riego humano; donde los herbívoros pastan felices en prados inmensos siempre verdes, donde las montañas se alzan sobre frondosos bosques de hayas, castaños, abedules, avellanos, eucaliptos,  pinos y robles, algún texu y alcornoque. Y donde brota agua por doquier.

 

Los bosques de Asturias

 

Reencuentro

El día que reencontré a Inma la vi y sentí espléndida, feliz, satisfecha, en calma. Nos mostró su huerto con orgullo y bastante sorpresa. Aún no se cree que haya creado ella solita tanta vida en un espacio que estaba yermo cuando llegó. Bueno, en realidad, es la tierra y los elementales que cooperan con ella  en cada espacio quienes, si sabes responder a su llamada, te regalan frutos en abundancia. 

A raíz de nuestra estancia y otras  (todos, familia y amigos, queremos ir a ver a Inma y su paraíso en Asturias)  ha montado su propia casita en la que antes eran cuadra y pajar. Abajo, cocina y salita de estar, todo diáfano. Arriba, el antiguo pajar  ha sido reconvertido en biblioteca y dormitorio. Resulta ¡tan acogedor! que ya tengo ganas de volver.  

Aprovechamos nuestra primera incursión en el huerto para recoger los vegetales y frutos con los que elaboramos, después, el almuerzo. Nos quedó una ensalada preciosa y muy sabrosa. Y, sobre todo, muy colorida. Comimos y bebimos sidra elaborada por Esther con las manzanas de su huerto. Y disfrutamos de una sobremesa en el pajar, cobijados bajo un techo de viejas vigas de madera y paredes de enormes piedras y mortero también antiguo. Como única decoración dos añejos sillones y una librería que alberga, igualmente, libros de larga vida.

 

Recuerdo aquella sobremesa-siesta como uno de los momentos más mágicos del viaje. Inma, sentada en un inestable sillón de madera y anea, nos contó los más recientes avatares de su proceso vital al despertar, ese que le ha llevado desde su Madrid de residencia, de regreso a su Jerez natal, y, después a Córdoba, a Cádiz, a Huelva y a otros puntos de la geografía española, hasta que ha encontrado el lugar donde, AHORA, quiere estar.

Recuerdo que más de una de nosotras se emocionó tanto, se vio tan reflejada en esa búsqueda vital y, sobre todo, espiritual, que acabamos derramando algunas lágrimas. Más de alegría por el reencuentro entre almas que se reconocen hermanas que por las dificultades pasadas en soledad. Por fin, allí estábamos juntas, de nuevo. No sabemos cuántas vidas han transcurrido desde la última vez. Pero, en aquel instante, algunas comprendimos que, al fin, había llegado la hora. Y eso había que celebrarlo por todo lo alto.

¡Vamos a la playa¡ propuso Inma. Y, por supuesto, estábamos de acuerdo. Teníamos ganas de otro bañito en el Cantábrico. Hacía más calor de lo habitual en Asturias. Apetecía.  Y emprendimos un interesante paseo a pie que nos sacó de la aldea y nos llevó hasta una preciosa cala natural. Para llegar a la playa de Merón tuvimos que descender por  un inclinado sendero entre olmos, eucaliptus, avellanos, castaños, robles y un montón de especies más ….. Finalmente, disfrutamos de vistas espectaculares del atardecer aquel inolvidable 11 de julio de 2022.

https://www.turismoasturias.es/descubre/costa/playas/playa-de-meron

https://www.turismovillaviciosa.es/ruta-de-los-molinos-del-rio-meron/argueru/villaviciosa

Regresamos anocheciendo a la aldea. Nos despedimos hasta la próxima quedada, que sería el miércoles, en la aldea de Pandiello, en casa de Auxa. Pero, antes, Inma nos había recomendado unas cuantas visitas que no dejaríamos de hacer la siguiente jornada.

Siguiendo sus consejos, el martes, 12 de julio, de buena mañana estábamos contemplando la impresionante playa de Torimbia y casi al anochecer conocimos a Ángela, guardiana de La Castañal. No hubo ocasión de visitar el famoso mercado de Santa Eulalia, en la zona de Cabranes. Queda pendiente para otra visita. Por indicación de nuestro particular guía asturiano, Antonio, visitamos Llanes, donde  almorzamos en un restaurante de emigrantes retornados desde América que está frente al albergue de peregrinos. Muy recomendable. Calidad, buen precio y mejor atención. La siesta y el baño tocó ese día en una de las playas urbanas del precioso municipio. Por la tarde,  descubrimos uno de los espectáculos más impresionantes de la costa cantábrica asturiana: los Bufones de Pría y su mágico entorno, donde encontramos otra sorpresa en forma de pequeña playa fluvial, Guadamía, que llega hasta los bufones. Anochecía y no nos atrevimos en esta ocasión a probar el agua, aún más helada de lo habitual, según nos contaron unas recolectoras de llampares. 

https://asturguide.com/bufones-pria/

https://www.turismoasturias.es/descubre/costa/playas/playa-de-torimbia-y-portacos

https://www.llanes.es/es

 

 

La sorpresa de Ángela, su casa y La Castañal

https://www.pueblosasturias.es/asturias/c/0/i/43833090/la-castanal

Subí con Nati a La Castañal avanzada la tarde del día 12 de julio porque intuía que Asturias nos reservaba allí arriba, en la montaña, tras un espeso bosque de castaños y avellanos, otra sorpresa. Y así fue. Lo primero que encontramos en una aldea que, de entrada, parecía abandonada, fue la panadería. Nadie abrió la puerta ni respondió a nuestra llamada. De inmediato, apareció un vecino alertado por el ruido del coche y nuestras voces. Le preguntamos por Ángela. Hacia arriba a la derecha, -indicó-. No hay pérdida. Efectivamente, reconocimos la casa de inmediato porque es tal y como la había descrito Inma y la definió Nati cuando nos presentó su reportaje fotográfico: “una preciosa casa hecha artesanalmente con materiales reciclados por una poderosa mujer que nos hemos encontrado en esta enriquecedora Aventura”.

Así es. Ángela es una mujer con autoridad innata. Transmite fuerza, pasión y carácter. Sin que tenga que abrir su boca para confesarlo, su aspecto y sus gestos denotan que ha vivido. Su rostro refleja experiencia. Su mirada, un sinfin de tránsitos. Y de su energía mana voluntad sobrada para afrontar una miríada de retos en el horizonte. 

Según nuestra percepción,  es la guardiana de La Castañal, una aldea que un grupo de seres humanos in itinere rehabitan y han convertido en un proyecto alternativo de convivencia terrenal, regida por la Ley Natural. Digamos que el bien común prima sobre el interés individual, aunque la libertad, el respeto y la concordia son principios fundamentales entre todos los habitantes del lugar, incluidos animales y naturaleza, para mantener el equilibro que les permite ser y estar en coherencia.  Esta comunidad muestra un modelo muy singular a la red de espacios conscientes que están aflorando por toda la geografía mundial, reuniendo a una  Nueva Humanidad en torno a la construcción de una Nueva Tierra. En Asturias, proliferan y muchas de las almas que las conforman se concentran el segundo domingo de cada mes en torno al mercado de Santolaya, capital del concejo de Cabranes. Allí intercambian productos, enseres, servicios, saberes, dones y talentos a través de una forma renovada de interrelación humana que va directamente a la esencia que somos.

Pandiello de Fíos, la casa de Auxa 

El miércoles, 13 de julio, tocó despedirse de Casa Blanca, Vegarrionda, L´Infiestu y Arriondas. Sólo fue un hasta pronto. Sabemos que volveremos. Ilusionadas, una vez más, tomamos dirección Fios y, después, Pandiello.  Allí nos esperaba Auxa, en una casita de pueblo que conserva todo el encanto y la esencia del mundo rural de antaño. Aquel era el punto final de nuestro primer viaje a Asturias ¡Por Sorpresa! con postre y guinda final: fiesta nocturna en honor a la Luna Llena de julio 2022 en el bosque de Auxa. Habrá más fotos y algún detalle. Pero, será mañana. Por hoy, ya tenéis lectura, visionado y escucha suficiente. Besos. 

 

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