Los esenios fueron los herederos de los antiguos hijos de Dios, los hijos de la Luz, los atlantes. Tenían avanzados conocimientos y trabajaban en secreto por el triunfo de la Luz sobre las tinieblas en la mente humana.
Tenían una misión en la Tierra y toda su vida se enfocaba a cumplirla, apoyados por los Maestros de la Sabiduría: la fundación del cristianismo y de la civilización occidental.
Recibían enseñanzas de la antigua sabiduría universal, que guardaban y transmitían como un servicio sagrado a la Humanidad.
Gracias a la conservación y transmisión de esa Sabiduría, los seres humanos no se hundirían en la oscuridad de la ignorancia y la depravación, que les llevaría a la autodestrucción mediante cruentas guerras y atrocidades innombrables.
La Sabiduría será la Salvación de los hombres
Los esenios estudiaban todas las religiones para extraer los grandes principios de todos los grandes maestros: Zoroastro, Trimegisto, Moisés, Enoc. Poseían la ciencia viviente de estas revelaciones. Conservaban un gran número de manuscritos muy antiguos, desde el inicio de los tiempos, que traducían y conservaban. Sabían cómo comunicarse con los seres angélicos. Estarían en la tierra durante un corto periodo de tiempo y no querían corromper sus almas eternas.
Seguían una férrea disciplina. Fueron perseguidos. Tenían una tarea sagrada: rescatar, conservar y guardar para las generaciones venideras el conocimiento.
Cuando un candidato solicitaba entrar en su escuela de formación, consideraban que dentro de él se había puesto en marcha el proceso del despertar del alma.
Un alma así estaba lista para acceder a la escalera del sagrado tempo de la Sabiduría. Sabían diferenciar entre las almas dormidas, semidespiertas o despiertas. Su tarea era aliviar, consolar y acompañar a las almas dormidas. Tratar de despertar a las que estaban a medias. Y dar la bienvenida y guiar a las almas despiertas.
Sólo las almas que se consideraban despiertas podrían recibir la iniciación en los misterios de la fraternidad esenia. Comenzaba para ellos el sendero de la evolución, que ya no se detiene más en el ciclo de sus encarnaciones.
Todos conocían la Escuela de los profetas, el linaje de la escuela esenia.
Otras misiones de los esenios eran dar alojamiento a los peregrinos, ayudar en periodos difíciles y sanación de enfermos en lugares con acceso público, para que todo el mundo pudiera acudir. Algunos viajaban por el mundo llevando información a otros pueblos. Vivían separados de las ciudades, en contacto con la naturaleza.
Tenían escuelas monasterios en lugares escogidos. En ellas ofrecían meditación, calma, examen de sus vidas pasadas para hacer recuento de la sabiduría adquirida. Después, se discernía si su comportamiento había respondido a las señales divinas o se había dejado llevar por lo terreno, lo material.
Al entrar al mundo sagrado del sendero real, el recién iniciado recibía sus ropas blancas de lino, materialización del poder del bautismo y de la pureza del alma, que lo protegerían de las muchas contradicciones del mundo. Cada hermano recibía un propósito de vida, una misión. Esta le daba sentido positivo a su estancia en la tierra.
«El ser humano lleva dentro de si una hermosa luz para ofrecerla a la Tierra, a sus habitantes y a si mismo».
Escuela Esenia
El callado o bastón simbolizaba el conocimiento de las leyes secretas de la vida y su capacidad para utilizarlas armoniosamente por el logro exitoso de su tarea.
El Juramento de respetar la Tierra como ser viviente, sagrado e inteligente le mantendría en contacto con ella. Para honrarla y participar en su sana evolución debía tener sus pies en contacto con la tierra y, a veces, su cuerpo entero.
El iniciado debía tener, al menos, 21 años para entrar en el sendero del mundo sagrado. El conocimiento viviente de las leyes de la reencarnación, de la evolución y la compasión, las leyes de causa y efecto, del destino, permitía a los hierofantes escoger la misión que tenía que desempeñar.
Tendría que interrogarse y buscar la asistencia del espíritu santo. Revisar su vida. Observar la forma en que transcurría ante sí, imagen por imagen, como las páginas de un libro. Cada pensamiento, sentimiento, actos y sus motivaciones tenían que estar claramente delineados en blanco y negro. Y determinar si su misión los había inspirado.
El neófito debía simplificar todo dentro de sí para alinearse en uno con su ideal. Si no era así, había algún problema dentro de él. La fuente de toda sanación es la purificación. Purificarse constantemente, física y espiritualmente. Lavándose los pies, las manos y el cuerpo. Antes de entrar en las casas, de comer, al amanecer y al irse a dormir, y antes de orar. Lavaban a otros los pies en señal de amistad. Y cultivaban la idea de que tenían que cuidarse los unos a los otros igual que el padre cuidaba de ellos. Se bendecían unos a otros poniéndose las manos sobre la cabeza para poder siempre estar unidos en la luz y reforzar el amor que fluía entre ellos.
Poseían una avanzada ciencia al hablar. Curaban enfermedades mediante la emisión de sonido. Desde la infancia aprendían a hablar en tono suave y a controlar sus palabras. Las reglas de vida y la estricta disciplina constituía una libre aceptación de un medio para forjar el carácter y desarrollar la parte más elevada del ser.
Servicio sagrado a la Humanidad
Recibían muchas enseñanzas de la antigua sabiduría universal, que guardaban y transmitían como un servicio sagrado a la Humanidad. Eran conscientes de que la mayor parte de esta sabiduría era para una humanidad futura. Y pensaban que los grandes maestros que vendrían en el futuro podrían utilizar su trabajo para que los seres humanos no se hundieran en la oscuridad de la ignorancia y la depravación. Eventualmente, sin esta sabiduría, se destruirían unos a otros mediante cruentas guerras y otras atrocidades innombrables.
Esta forma viva de las enseñanzas de la luz se daba en grupos durante las ceremonias, a través de cantos, danzas y movimientos, mientras trabajaban los campos o realizaban cualquier otro trabajo manual. También tenía lugar a través del trabajo individual, cuando estaban solos dentro de su propio templo personal.
A todo esenio se le exigía el respeto a la privacidad de los demás. La soledad era considerada sagrada. Porque cuando uno está solo consigo mismo se encuentra ante la presencia de Dios, del sublime, de la Fuente.
La vida de una pareja también era sagrada. Como la vida comunitaria. Estos eran los tres grados: la vida privada correspondía al interior del templo. La vida externa a la comunidad. La vida interna a la pareja.
El esenio tenía que mantenerse auténtico en los tres ámbitos, honesto, moralmente recto, puro.
Había una regla que prohibía revelar las enseñanzas a personas que no estuvieran preparadas para recibirlas. La ley del silencio y el discernimiento se imponía de manera estricta. Un esenio nunca trataba de convertir a otra persona a su creencia.
Los esenios practicaban la hospitalidad y tenían edificaciones especialmente construidas para este propósito. La forma en que sanaban a los visitantes en estos edificios es el origen de nuestros hospitales modernos.
La hospitalidad tuvo un gran alcance para ellos. Como desde muy jóvenes aprendían a ver la parte divina de cada persona, para ellos cada visitante era Dios, que se mostraba para enseñarles algo. DE esta forma, seguían las enseñanzas d Tobías y Abraham, quienes ofreciendo hospitalidad a los hombres habían estado, en realidad, recibiendo a ángeles.
Cuidando del individuo cuidaban del SER de seres que estaba dentro de ellos. Ese es el profundo significado de toda medicina y del proceso terapéutico. El cuerpo y la persona era la vestidura del espíritu universal. Sin el espíritu divino no había auténtica hospitalidad.
También practicaban actos humanitarios. Ayudaban a pobres y desamparados. Fuente de todas las grandes organizaciones humanitarias modernas. Por supuesto, esto escapó a su control y se perdió, porque la orden sagrada iniciática ya no estaba allí para apoyarlos. Sin iniciación, la salvación no era posible. Y ninguna ayuda sería efectiva. Porque el bien se transformaría en mal y viceversa.
Las mujeres eran consideradas en términos de igualdad a los hombres. Podían participar en todas las actividades espirituales. Estudiaban experiencias esotéricas andróginas, más allá de los sexos. Símbolo de la unidad del alma.
Los esenios condenan la esclavitud y todas las formas de servidumbre. También trabajar solo para hacer dinero. Esclavitud y servidumbre estaban relacionados con el mundo de la ira divina, con entidades oscuras y demoníacas.
Cualquier hombre que se afiliara a la humanidad tenía que liberar a sus esclavos y abstenerse de comer carne. Quien no puede dejar de comer carne y beber sangre no puede controlar las bajas pasiones de su instinto animal. Estas prácticas conllevaban no pensar con claridad.
El maestro Jesús era sencillo, aunque imponente por su sabiduría. Caminaba por las calles y hablaba con sus vecinos. Enseñaba a través de parábolas. Sus seguidores podían ser sus discípulos sin necesidad de abandonar a sus familias. Arrepentirse de las faltas cometidas y recibir el bautismo de Juan eran requisitos para emprender el camino de la sabiduría bajo su instrucción. Decía que trabajaba para el futuro de la Humanidad a través de sus discípulos. La disciplina era estricta, como en toda comunidad esenia. Pero, la presencia del maestro significaba que el regocijo, la alegría y el amor circulaba abundantemente de alma en alma.
El maestro les decía que cuando un grupo de personas se reúne libremente en torno a una idea divina, y todos comienzan a trabajar para hacerla evolucionar, entonces, si hay suficientes, llevan dentro de sí misma a la Humanidad toda y pueden hacerla evolucionar.
Los esenios y Jesús. Texto: Olivier Manitara. De sus libros «Los Esenios» y «Las Enseñanzas de Jesús, el Esenio»
Una narración original de Mi Voz Es Tu Voz. Ilustración y diseño de la miniatura: Elsa Asen (Mi Voz Es Tu Voz)
Lee el texto a la par que lo escuchas en: https://mivozestuvoz.net
Más información:
Buendía, mi nombre es Manuel Ibañez Valle, vivo en La Guajira, Colombia. Agradezco mucho la información de esta página, me gustaría tener un contacto constante para salir de varias inquietudes que tengo con respecto a la sanación del cuerpo, los seres de luz internos que somos, quien soy y quien era, como puedo desde mi situación actual ayudar a ustedes y a los que me rodean. Por cierto, soy representante legal de una Fundación acá, se llama Visión para crecer y me gustaría hacer más, sin embargo, me veo muy limitado por el tema económico para llegar a todos los lugares donde deseo con los proyectos que se tienen